domingo, 10 de agosto de 2008

• La Fuerza de Choque de Mauricio y Gabriela



A Mauricio la gorra no le calza bien
Policía Porteña el atajo de la Fuerza de Choque
Las más altas autoridades del Ministerio de Seguridad porteño planeaban el asunto en el mayor de los sigilos, al punto de que su titular, el ex fiscal federal Guillermo Montenegro, había impuesto entre sus principales colaboradores un riguroso silencio. Sin embargo, fue el propio Mauricio Macri quien, de manera inadvertida, terminó filtrando el plan de crear una fuerza de choque destinada a reprimir protestas y movilizaciones.
Fue durante un almuerzo con periodistas celebrado el martes pasado en la Jefatura de Gobierno. Los invitados eran seis, y los temas que se abordaron tenían un carácter informal.
Pero de pronto, Macri soltó:
-Si no damos este paso, quedamos con las manos atadas.
Se refería al frustrado pedido a la Policía Federal para desalojar las carpas en Congreso durante el conflicto con los ruralistas. Entonces masticó un trozo de carne, antes de hablar sobre “un cuerpo de elite que se encargue de terminar con las invasiones al espacio público”. Luego en tono de confidencia, lanzó algunas precisiones al respecto:
Si por ejemplo, tenemos un problema en la Catedral, ponemos unos cien efectivos para disuadir a los manifestantes a que se retiren.
Y tras engullir otro bocado dijo:
Si pescamos a alguien haciendo una pintada en la fachada, se lo va a dejar ir para agarrarlo a unas cuadras. No queremos reprimir in situ.
En ese punto dijo que serán contratados unos 300 policías de otras fuerzas. Finalmente concluyó: “El espacio público no es negociable”. Al rato los teléfonos del Ministerio de Seguridad empezaron a saturarse de llamadas…
El Estado Mayor. En la campaña electoral, Macri enarboló el tema de la seguridad como su bandera más preciada. Ello fue determinante en su llegada a la Jefatura de la Ciudad. Y tras ser vencido en su puja por absorber una parte de la Policía Federal, no tardó en anunciar la creación de una fuerza propia. Hasta fijó el comienzo del reclutamiento para la primera semana de mayo. Vencida la fecha, un escueto comunicado dio cuenta de que dicha iniciativa recién podrá efectivizarse en septiembre. Pero la discusión parlamentaria está cada vez más empantanada; entre otros motivos, debido a las imprecisiones del proyecto presentado por Montenegro. Incluso hay quienes dudan de que Macri tenga realmente una política al respecto.
Lo cierto es que la intención de crear un grupo antidisturbios relega de un modo explícito su cruzada contra la inseguridad. El cuerpo en cuestión no perseguirá delincuentes sino contraventores que ocupen plazas, veredas, calles o parques sin autorización. Y con recursos humanos de vidriosa catadura.
Pese a que Montenegro niega que el comisario Jorge Fino Palacios –procesado por cinco “homicidios imprudentes” durante la represión del 20 de diciembre de 2001- integre su equipo, uno de sus antiguos lugartenientes, el comisario Norberto Ramis, es mencionado con insistencia en los círculos macristas como futuro director de la Academia Policial, encargada de formar a los efectivos metropolitanos.
Su estrella empezó a declinar en el otoño de 2004, Cuando su amigo Fino pasó a retiro por su relación con traficantes de vehículos robados. Pero el tiro de gracia le llegó en mayo de ese años, mientras ocupaba la Dirección de Interior. El motivo: su estrecha vinculación con el también eyectado jefe de Orden Urbano, comisario Néstor Falbi, sobre el que pesan denuncias por enriquecimiento ilícito.
En el staff de Montenegro también son de la partida el ex prefecto general Roberto Chacón, el ex comandante de la Gendarmería Mario Peralta y el teniente coronel Carlos Pérez.
En junio, cuando Montenegro se presentó ante la Comisión de Seguridad de la Legislatura, la diputada Silvia La Ruffa dijo: -es un gran retroceso que haya miembros de las Fuerzas Armadas.
-Pero un militar que sepa disparar tiros puede ser – fue la contestación del ministro.
Su proyecto recién en dos meses será tratado en el recinto. Por ahora todo indica que no cuenta con los votos necesarios.
[Diario Miradas al Sur: Ricardo Ragendorfer]
MODELO PARA ARMAR
“Mi experiencia personal indica que la prioridad no debe ser la ocupación territorial porque los policías se irán incorporando gradualmente. El objetivo inicial tiene que ser formar cuerpos de elite para evitar la dispersión” dijo aquel tipo, mientras Montenegro asentía en silencio. Se trataba de Xavier Martorell, quien durante gran parte de la era Aznar estuvo al frente de la Dirección General de Seguridad de Cataluña, de la que dependen los Mossos d’Escuadra, la policía autónoma de Barcelona. La visita, que tuvo lugar en el despacho de Montenegro durante la tarde del miércoles pasado, tuvo por objeto –según el visitante- compartir “con los responsables de diseñar la policía porteña la fructífera experiencia de la policía catalana”. Por su lado Montenegro sostuvo que ese cuerpo “es uno de los modelos en los que se está inspirando el proyecto de la policía metropolitana”. Ello, desde luego, suena tentador, salvo por el hecho que de que en Barcelona los Mossos son más que nada conocidos por perseguir a inmigrantes indocumentados. Y también por los malos tratos que suelen dispensar a quienes caen en sus manos. En abril de 2002 –cuando Martorell aún dirigía esa fuerza-, Amnistía Internacional dio a conocer un lapidario informe al respecto, resaltando incluso varios homicidios de personas arrestadas, como Marong Emard, un ciudadano de Gambia que fue mortalmente apaleado en una seccional. A su vez el médico forense Rogeli Lacaci, que se desempeña en los juzgados de Figueras, ha comparado “el asedio policial de los Mossos sobre determinados colectivos minoritarios con la Gestapo hitleriana”. El propio Martorell solía salir al cruce de tales críticas, con el siguiente argumento: “Las denuncias tienen origen en el resentimiento ante algunas sanciones o en el intento de ahondar de modo malicioso en ciertos excesos aislados que de ningún modo son una generalidad”. Martorell fue desplazado de su cargo en abril de 2004, luego del primer triunfo electoral de José Luis Rodríguez Zapatero. En la actualidad el tipo es jefe de seguridad del estadio del Club Barcelona. [Miradas al Sur]
Los Mossos d’Escuadra en acción

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